Those who ignore philosophy are condemned to repeat it

Those who believe themselves to be exempt from philosphy influence are usually the slaves of some defunct philosopher


(Adaptación de Paul Thagard de las frases de Santayana y Keynes)

sábado, 27 de septiembre de 2014

FENOMENOLOGÍA Y ACCESIBILIDAD

El título de esta entrada alude, por una parte, a la distinción planteada por Block desde hace al menos un par de décadas, y, por otra, se relaciona con la entrada anterior sobre la ciencia de la conciencia.


Algunas cuestiones interesantes son -aparte de la específica relación entre fenomenología y acceso, y naturalmente, el concepto de conciencia:
-El propio concepto de accesibilidad. Y su relación con el concepto de cognición (el significado de "cognitivo" en la expresión "acceso cognitivo").
-La relación entre accesibilidad y reportabilidad.
-La relación entre investigaciones psicológicas y datos cerebrales, así como las diferentes interpretaciones tanto de los resultados de los experimentos psicológicos como de los datos neuronales. [En este punto es interesante la distinción entre el concepto de función y de explicación funcional en contextos neurocognitivos y el concepto de función y de explicación funcional en filosofía de la mente. En el primer caso, suele hacer referencia al plano psicológico, frente al plano neuronal o cerebral, mientras que en el segundo suele estar asociado al funcionalismo como teoría de los estados mentales. Así, el primer uso no implica necesariamente el compromiso con una determinada teoría de los estados mentales. En ocasiones el concepto de función puede resultar equívoco o dar lugar a cierta confusión, en el caso de Block hay que tener especial cuidado ya que se opone al funcionalismo en filosofía de la mente, pero, además, la concepción neurobiológica que combate se suele entender como una concepción cognitiva, donde "cognitiva" suele entenderse, a su vez, en términos de función. En De Gardelle y Kouider (2009) puden distinguirse dos usos del término, por una parte el que ya he mencionado, "funcional" equivale a "psicológico" en contraste con "neural/neuronal" y "neurobiológico", y al componente cognitivo en la expresión "neurocognitivo" (pp. 144-145), pero, por otra parte, "funcional" hace referencia a "procesamiento de información": la mayoría de los modelos cognitivos favorecen una perspectiva funcionalista, según la cual todo lo que hay en la experiencia consciente es procesamiento de información (p. 144)].
-Si la conciencia presenta grados. Kouider et al. (2012) han propuesto la existencia de niveles de acceso consciente y niveles de representación.
-La noción de representación y la relación entre los conceptos de representación y fenomenología.
-Los correlatos neuronales de la conciencia y las signaturas de la conciencia. En el debate se ha planteado concretamente si los procesos recurrentes locales son suficientes (Lamme) o si es necesario cierta "difusión" de la información en términos de acceso, lo que implicaría otras áreas cerebrales más allá de los procesos recurrentes locales (Dehaene). Cf. De Graaf et al. (2012).
-El concepto de experiencia.
-En el debate ha surgido también la cuestión de si la propuesta de la dos conciencias (Block/Lamme) es falsable (Cohen y Dennett 2011, Kouider 2009, Kouider et al. 2010 y 2012, consideran que tal propuesta no es falsable por lo que se sitúa más allá del ámbito científico). La idea de que el estudio experimental de la conciencia fenoménica tiene que basarse en alguna forma de acceso me parece, en principio, bastante sólida (v., De Gardelle y Kouider (2009), p. 144, y el intercambio de opiniones acerca de la falsabilidad en Trends in Cognitive Sciences (2012)). [Uno de los críticos más pertinaces de Block es Dennett, quien ha apuntado el problema conceptual de una noción de experiencia sin acceso].
(-Hay también una serie de problemas relacionados que han sido objeto de extenso escrutinio en filosofía de la mente como el tema de los qualia o la diferencia entre estados fenomenales o fenoménicos y estados intencionales).

[A propósito del concepto de conciencia surge también la cuestión de la distinción entre el problema de cómo se genera el contenido de la experiencia y el problema de ser o estar consciente (V., Chalmers sobre "correlatos neuronales de la conciencia", Bayne sobre "modos de conciencia", Searle, etc.)].


Personalmente me inclino, para decirlo directa y sencillamente, por la idea de que la fenomenología (consciente) implica acceso, no hay fenomenología sin acceso (por tanto, lo contrario de lo defendido por Block, dicho también de forma sencilla: que hay -según Block- más fenomenología que acceso, siendo ambas formas de conciencia). Yo diría que la conciencia excede la reportabilidad, por una parte, y distinguiría entre fenomenología y representación, por otra. Desde este punto de vista, la fenomenología sería un tipo de representación consciente, mientras que habría otros tipos de representación inconsciente.
El problema más perentorio parece concistir en cómo explicar una serie de experimentos psicológicos (emparentados con ciertas situaciones cotidianas y experimentos mentales que apelan a nuestra intuición). Por otra parte, encontramos el debate sobre cómo encajar la explicación y los resultados psicológicos con ciertos estudios neurofisiológicos.
Todos los estudios psicológicos, así como los ejemplos intuitivos, tienen en común apelar a fenómenos "intermedios", por así decirlo (en este sentido considero relevantes las aproximaciones en términos de grados o niveles -v., por ejemplo, Kouider et al. 2010, pero también algunos de los comentarios a Block 2007-), que se producen en los márgenes o en la periferia de la conciencia. Pero hay dos tipos de "periferia", o dicho con más propiedad dos (al menos dos) tipos de fenómenos estudiados, por un lado los que tienen que ver con la memoria icónica y con el paradigma del informe parcial (Sperling 1960), y por otro los que tienen que ver la ceguera por desatención (o ceguera por falta de atención) y con otros casos semejantes como la ceguera al cambio (cf., por ejemplo, la interpretación de K. O´Regan).

Cuando he escrito que no hay fenomenología sin acceso he añadido la cláusula "consciente", pues en términos de conciencia -la distinción entre dos tipos de conciencia en el caso de Block- es cómo se ha planteado el debate. Y este es precisamente uno de los puntos cruciales, que puede expresarse de varias formas, por ejemplo, sugiero la siguiente: si es posible distinguir entre fenomenología consciente e inconsciente (o tal vez semi o proto consciente, lo que implicaría diferentes grados o niveles), o si toda fenomenología es conciencia (incluso, como sostiene Block, en ausencia de acceso).
Creo que hay razones para distinguir tres tipos de representación: fenomenología consciente y con acceso, fenomenología o representación protoconsciente o semiconsciente, y representación inconsciente. Pregunta ¿Es posible que las dos primeras sean representaciones mentales, mientras que la segunda sea más bien una representación cerebral? (obviamente la representaciones mentales tienen su base neuronal correspondiente).

Mi interpretación es coherente con la afirmación de Lamme de que "Muchos experimentos psicológicos muestran representaciones mentales que tienen mayor capacidad de lo que es informado por el sujeto" (Lamme 2007).
Está claro que nuestro cerebro procesa mucha más información de la que penetra en la conciencia, y parece ser que ese procesamiento puede ser bastante complejo y cognitivamente relevante, pero eso no implica necesariamente que la fenomenología desborde (overflow) el acceso (Block).

Landman y Sligte (2007) -en su comentario a Block (2007)- apoyan la posición de Block señalando que la memoria icónica no presenta las propiedades fundamentales de los procesamientos inconscientes, que permanecen innacesibles y no pueden ser traídos a la conciencia mediante la atención, y, por otra parte, posee características de los procesos conscientes, como la segregación figura/fondo y el binding.



Desde el punto de vista neurofisiológico, una de las cuestiones centrales se refiere a los correlatos neuronales de la conciencia. Victor Lamme y otros autores han propuesto que (como ya he mencionado) los procesos neuronales recurrentes son correlatos de la percepción consciente. Lamme, en concreto, considera que los procesos recurrentes en el cortex visual son suficientes para la percepción consciente. Otros, como Dehaene, piensan que es necesaria la activación de otras áreas asociadas con el acceso cognitivo (espacio global de trabajo), como el cortex prefrontal (v., las signaturas de la conciencia según Dehaene).
Si la memoria icónica implicara procesos recurrentes (la base neuronal de la memoria icónica está aún en estudio) se podría inferir, de acuerdo con la posición de Lamme (y Block, entre otros), que es un proceso consciente (es decir, que la evidencia empírica avala tal conclusión) (v., Lamme 2007, p. 512 -comentario a Block-, entre otros) Por el contrario, tanto si la memoria icónica no implica procesos recurrentes, como si es correcta la posición de Dehaene, entonces la memoria icónica sería un proceso inconsciente.
Determinar si los procesos recurrentes son por sí mismos suficientes para la conciencia (Lamme) o si son insuficientes (Dehaene) es una cuestión crítica para avanzar en el lado empírico del debate.
[Lamme señala que el punto crucial es la distinción entre dos tipos de procesos recurrentes: localizados (fase 2) o extendidos (fase 3). En la distinción entre tres etapas del proceso visual, la fase 2 de procesamiento recurrente local (2007, p. 512 y Dehaene et al., 2006) se correspondería fenomenológicamente con lo que he llamado casos intermedios. La cuestión crítica es si la fase 2 está más cerca de la fase 1 (inconsciente) o de la fase 3 (plena conciencia). Mientras que Lamme y otros establecen una división entre la fase 1, por un lado, y las fases 2 y 3, por otro, Dehaene y otros la establecen entre las fases 1 y 2, por un lado, y la fase 3, por otro].

En un reciente trabajo Vandenbroucke, Fahrenfort, Sligte y Lamme (2014) concluyen, a partir de un estudio sobre la percepción de la ilusión de Kanizsa, que estímulos sobre los que no hay acceso cognitivo son, sin embargo, procesados a nivel de interpretación perceptiva (percepción sin acceso). Esta ilusión óptica se produce mediante una inferencia perceptiva. La inferencia perceptiva es un proceso mediante el cual la información fragmentaria que nos llega como input visual es transformada en objetos completos y escenas coherentes.
Una de las cuestiones a las que se dirije este estudio es si el acceso (¿cognitivo? ¿consciente?, v., p. 956 dónde mencionan el acceso consciente) es necesario para la formación de una representación perceptiva completa.
El estudio se basa en el paradigna de la ceguera atencional o por desatención, y se compara la activación neuronal de los sujetos que "ven" la ilusión con la de los sujetos a los que se muestra el estímulo pero "no ven" la ilusión debido a un procedimiento que les causa ceguera por desatención.
El argumento sería como sigue:
PREMISAS:
La ilusión de Kanizsa implica inferencia perceptiva.
La inferencia perceptiva implica percepción.
La percepción de la ilusión requiere el procesamiento consciente de los inductores (determinadas formas distribuidas de un modo particular).
De la premisa (evidencia empírica) 3 se infiere que la ilusión ocurre en un nivel superior de procesamiento.
La signatura neuronal de la ilusión es X.