Those who ignore philosophy are condemned to repeat it

Those who believe themselves to be exempt from philosphy influence are usually the slaves of some defunct philosopher


(Adaptación de Paul Thagard de las frases de Santayana y Keynes)

viernes, 18 de octubre de 2013

FILOSOFIA DE LA NEUROCIENCIA: A NEURON DOCTRINE IN THE PHILOSOPHY OF NEUROSCIENCE

Este artículo puede ser considerado como uno de los primeros ejemplos expresos de filosofía de la neurociencia. (También podría mostrar cierto aspecto de la relación entre filosofía de la neurociencia y neurofilosofía, en la medida en que el objeto de la crítica de los autores está representado por los Churchland -y en la medida en que sea una tesis o una concepción, en algún sentido, neurofilosófica).

La "doctrina de la neurona" es entendida básicamente como la concepción según la cual el marco en el que la ciencia de la mente será desarrollada es el marco proporcionado por la neurociencia: Lo que en la interpretación de los autores equivale a la tesis de que una teoría de la mente que tenga éxito será exclusivamente una teoría neurocientífica (809).

El argumento de los autores es que la DN (doctrina de la neurona o doctrina neuronal) entraña una ambiguedad de funestas consequencias. La doctrina puede ser interpretadas de dos formas, en un caso la doctrina es plausible pero no es interesante (es decir, no es relevante con respecto a sus consequencias para la psicología), en el otros, la doctrina es interesante pero no es plausible. Por tanto, concluyen GS, la doctrina no puede ser a la vez plausible e interesante.

Aunque los autores consideran que la doctrina es un supuesto común en neurociencia, se van a centrar en cómo es expresada en la obra de los Churchland ya que en ella aparece de forma clara y explícita.

domingo, 6 de octubre de 2013

The Emotional Dog and Its Rational Tail: A Social Intuitionist Approach to Moral Judgment

Sobre este conocido artículo de J. Haidt (2001), profusamente citado, solo voy a señalar algunos puntos que me parecen personalmente interesantes.

1-En la p. 818 podemos leer "It must be stressed that the contrast of intuition and reasoning is not the contrast of emotion and cognition". Intuición y razonamiento son dos formas de cognición, a diferencia de la emoción.
Este punto me resulta interesante en el siguiente sentido ilustrado con un ejemplo: En un programa de televisión dedicado al neuromarketing he visto cómo emoción e intuición se asociaban, con mayor o menor grado de confusión, y se oponían, como un todo, al razonamiento (la contribución de Punset al programa es un claro ejemplo de esto).

2-Un segundo aspecto es la referencia a los filósofos. Encontramos dos tipos de referencias:
   -Por una parte, las que conciernen al conflicto entre razón y emoción, a la historia del racionalismo en filosofía y psicología, y a su alternativa "intuicionista" (Shaftesbury, Hutcheson, Hume, Smith).
   -Por otra, aquellas en que aparecen como una excepción en el modo de producir juicios morales (o como un ejemplo de un modo poco habitual de hacerlo): "Reasoning can occurs privately [...], and such solitary moral reasoning may be common among philosophers and among those who have a high need for cognition" (820). Igualmente, una vez establecido el caracter intuitivo de los juicios morales y que el razonamiento moral tiende a ser una justificación o un "relato" a posteriori, el autor concluye "reasoning is rarely used to question one´s own attitudes or beliefs" (819). Pero, a continuación, puntualiza "However, people are capable of engaging in private moral reasoning [...]. Although some of these cases may be illusions (see the post hos reasoning problem, below), other cases may be real, particularly among philosophers, one of the few groups that has been found to reason well (Kuhn, 1991). The full social intuitionist model therefore includes two ways in which private reasoning can shape moral judgments" (819). Una posible consecuencia de esta observación sería -especulo- que la sociedad necesita filósofos que puedan introducir en el espacio público juicios morales adecuadamente razonados o que puedan proporcionar referencias de razonamiento moral, bien para ser discutidos en la esfera pública, bien para ser estimados en la intimidad de la lectura. Y como el autor afirma en páginas anteriores, "Baron (1998) has demostrated that people following their moral intuitions often bring about nonoptimal or even disastrous consequences in matters of public policy, public health, and the tort system" (815).
El propio trabajo de Haidt (y podría hacerse extensivo a estudios propiamente neurocientíficos sobre la materia) tiene entre sus fines últimos que la comprensión de las bases intuitivas del juicio moral contribuya a la mejora de la calidad del juicio moral y de la conducta (815). Pues bien, parece que de todo esto pueden inferirse algunas consequencias interesantes con respecto al papel de la filosofía que nuestro ministro Wert está dispuesto a sacrificar (en favor, entre otras opciones, de la religión y del latín).
[NOTA: Esto me recuerda, por otra parte, el debate sobre la presunta agudeza de la intuición en los filósofos y la filosofía experimental (Nichols, etc.). En la perspectiva de Haidt la figura del filósofo no aparece como un ejemplo de intuitición, sino más bien como una excepción o un aspecto residual del modelo intuicionista]

3-Un tercer aspecto es claramente subrayado por Haidt: el modelo social intuicionista es antirracionalista solamente en un sentido limitado, pues pretende ser únicamente descriptivo, no prescriptivo o normativo (815). Algunos de los alojados en la ola de la neuromanía parecen no ser conscientes de esta distinción.